La vida en Marbella se vuelve más cosmopolita

de Stefanie Müller

La vida en la Cosa del Sol es “soleada”, tal como sugiere su nombre. Aunque no siempre es tan fácil como parece. Cualquiera que haya estado en Nápoles sabe lo que marca la diferencia entre el sur de Italia y el sur de España.

La ciudad italiana es anarquista y vive de la venta en la calle. Allí no hay chalets de lujo y el negocio con el sol aún no se ha descubierto o quizás no se desee. La mafia es parte de la vida cotidiana. En lugar de inmobiliarias, predominan pequeños supermercados y librerías. Los napolitanos pasan en masa por las calles, hacen ruido, son muy activos y muy amigables.

Mientras que el sur de Italia hechiza a los visitantes con su encanto caótico, el sur de España cuenta con urbanizaciones bien cuidadas, calles anchas y playas limpias.

Mientras que el sur de Italia hechiza a los visitantes con su encanto caótico, el sur de España cuenta con urbanizaciones bien cuidadas, calles anchas y playas limpias.

Pero a pesar de todo lo atractivo para los turistas, la pobreza de la ciudad es visible, en todas partes se pide limosna. Los napolitanos compensan la poca luz que hay en la ciudad, con creatividad y un mucho carisma.

Las calles son estrechas y algunas de las fachadas de casas altas, a menudo en malas condiciones, se encuentran ligeramente elevadas por las colinas. La cultura de diferentes épocas es notable en todas partes, pero las propiedades vacacionales no son importantes aquí. Los napolitanos parecen tener todo bajo control.

Un lugar internacional muy concurrido

Por otro lado, la Costa del Sol a primera vista parece un poco artificial y completamente en manos de extranjeros. Marbella contrasta con Nápoles. Aquí lo único auténtico es el centro del antiguo pueblo de pescadores. Gente adinerada de todo el mundo quiere una casa o un piso con vistas al mar y pagan millones de euros por ello. En Puerto Banús atracan los yates más caros del mundo.

El sol brilla casi todos los días en la Costa del Sol, la luz penetra en todos los rincones, las calles son amplias y hay palmeras en todas partes: cada año, Marbella atrae a millones de turistas.

A diferencia de los napolitanos, los españoles han “entregado” su costa a los extranjeros. Aquí casi se habla más ruso, inglés, noruego, finlandés y alemán que español.

Esta generosidad es apreciada por los turistas que se pueden mover libremente y en su círculo cultural. Los indigentes o mendigos son casi inexistentes, en cambio, hay restaurantes y hoteles que se alinean como los eslabones de una cadena.

Particularmente en la zona de Marbella, en los últimos años se han construido espectaculares complejos de lujo.

Particularmente en la zona de Marbella, en los últimos años se han construido espectaculares complejos de lujo.

La corrupción y las estructuras mafiosas parecen ser cosa del pasado después de una gran purga. Mientras que los visitantes de Nápoles a menudo se sorprenden con la basura y la suciedad de las calles, la Costa del Sol ahora está tan limpia que casi se puede comer del suelo.

Pero ¿hay algo más en Marbella que sólo ir de vacaciones? Sí, pero hay que descubrirlo, revela Sebastián Abad La Terra, de 46 años, quien para ello a menudo desaparece por unos días y se va a la capital provincial vecina:

Málaga ahora tiene una muy buena escena artística.”

Desde Marbella está a sólo 30 minutos en coche.

Una infraestructura perfecta y una alta calidad de vida

Abad La Terra es de Argentina y ha vivido en Suecia durante mucho tiempo. El aprecia el sol casi las 24 horas del día y las cálidas temperaturas en su nueva patria, pero, por supuesto, le gusta lo sociales que son los españoles:

«La charla en el bar y la amabilidad hacen que el día sea más agradable».

Conectar con los autóctonos fue fácil. Abad La Terra habla el idioma y no vino como turista. Ahora dirige el operador turístico Eternautas en Estepona. La buena conexión de la región a la capital provincial y metrópolis de Málaga lo ayuda en su trabajo:

«Hay una conexión de tren que va desde Fuengirola directamente al aeropuerto y desde allí se puede volar a todas partes del mundo».

Todos los días hay 22 vuelos al Reino Unido y 17 a Alemania. El aeropuerto de Málaga es uno de los más internacionales de Europa. Esto ayuda a los extranjeros a rápidamente sentirse como en casa en Andalucía.

«Es un trampolín para el mundo. En cuestión de pocas horas puedo estar con mi familia en los Estados Unidos»

­-comenta Marc Sanderson, Director de Inversiones Extranjeras en Málaga. Él es de Texas y no tiene la impresión de estar aislado en la Costa del Sol.

Málaga tiene un gran corazón, también para sus residentes extranjeros.

Málaga tiene un gran corazón, también para sus residentes extranjeros.

Las comunidades extranjeras que viven aquí, y residentes como Abad La Terra, se reúnen e incluso publican periódicos en su idioma: están las «Noticias de la Costa de Sol» en alemán y el «Diario Sur» en inglés. Además, se han abierto escuelas internacionales y hay muchas iglesias diferentes.

Vivir económicamente en la Costa del Sol

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre Prados, cree que su ciudad también se ha convertido en un imán para personas con talento de todo el mundo gracias a esta infraestructura:

«Ofrecemos varias ventajas a los trabajadores. Por supuesto, los salarios aquí no son tan altos como en el norte de Europa, pero también ofrecemos menores costos de vida, muchas actividades de ocio y un clima templado en invierno»

—dice de la Torre promocionando su ciudad, donde ha estado “gobernando” desde el año 2000 como alcalde y ha promovido un cambio diferente, mucho más que sólo playas y sol.

Así que ahora ya hay buenas condiciones fiscales para empresas, un Digital Hub, un parque tecnológico y una buena universidad pública. Pero todavía hacen falta algunos trabajos realmente buenos que conviertan a Málaga en un verdadero «Málaga Valley», tal como el alcalde hace alarde de ella ante los extranjeros.

La mayoría de los trabajos en la Costa del Sol siguen siendo de camareros, especialistas en hotelería, camareras de piso, recepcionistas o cualquier otra cosa que tenga algo que ver con idiomas. El negocio inmobiliario también es uno de los sectores que constantemente busca personal.

Thorsten Kaiser, gerente de ventas de Porta Mondial, ofrece una franquicia a quienes estén interesados:

«Pero para ello se tiene que refinanciar y haber ahorrado algo. Hay que calcular con 100.000 € en el primer año».

Sin embargo, si quiere aprovechar la oportunidad, se debe estar familiarizado con la región y el sector: «Le ayudaremos, también con el marketing. Pero claro está, los conceptos básicos de una inmobiliaria y de la contabilidad deben dominarse » dice Kaiser.

Estepona – como Marbella pero más económica

No es un mal comienzo para unos ingresos estables:

«El interés en el sector inmobiliario también está aumentando entre los inversores extranjeros»,

—comenta el Director de Inversiones Sanderson. No es de extrañar, especialmente en Málaga actualmente están subiendo los precios debido a la creciente demanda de empresas internacionales que deciden tener una oficina allí, entre ellos está Oracle:

«En el centro de la ciudad, los alquileres son casi inasequibles», —dice el estadounidense.

Según el portal inmobiliario español, idealista.com, los precios de apartamentos en Málaga aumentaron un 12,3 % desde el primer trimestre de 2017 hasta el primer trimestre de 2018. Y en Estepona los precios también están subiendo.

Mientras que Marbella, como ciudad del jetset, llena las revistas del corazón alemanas y la demanda de propiedades es constantemente alta, Estepona hace 10 años era un pequeño pueblo sin mucha infraestructura. Al pasear por las inmobiliarias, las diferencias de precios son sorprendentes. Mientras que en Marbella el alquiler de un apartamento con un dormitorio en una buena zona cuesta alrededor de 1.000 € al mes, en Estepona, el alquiler sólo es de 400 €.

También en Estepona, las viviendas de obra nueva cuentan con un equipamiento lujoso, y a menudo están en primera línea de mar, como este complejo.

También en Estepona, las viviendas de obra nueva cuentan con un equipamiento lujoso, y a menudo están en primera línea de mar, como este complejo.

Pero aparte del alquiler, la vida en la Costa del Sol sigue siendo relativamente barata en casi todas partes, por ejemplo: el metro cuesta poco más de un euro, la cerveza 1,50 € y un almuerzo alrededor de 10 €. Se sirve un café por un euro.

«Eso también explica por qué tantas personas se encuentran en bares y restaurantes desde la mañana hasta la noche».

—comenta Abad la Terra riéndose. Se siente tan a gusto que ni ganas tiene de regresar a su tierra natal:

«Por supuesto, también hay muchas cosas que me molestan, como este mundo de plástico, que se encuentra en algunas parte de Marbella. Pero en general, la Costa del Sol es un lugar ideal para vivir».

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